domingo, 16 de diciembre de 2012

DIME QUE VES EN LO QUE MIRAS Y TE DIRÉ COMO SIENTE TU CORAZÓN





                                         Algunos de mis cuentos, casi todos, contienen frases superfluas,  de esas que pueden eliminarse sin que pierda sentido el contenido del mensaje y esa depuración  debo hacerla cuando eventualmente  escribo para algún periódico,  obligado a un texto acotado en su extensión.
Pero las palabras y las frases accesorias son importantísimas, porque no solo tienen el propósito de dar belleza al escrito, sino  acariciar la lectura.
En realidad, todos los artistas usan sus habilidades para decorar  sus obras y esto es una  práctica ancestral, pero cuidado; en la literatura,  sobretodo en la cuentista, a veces este recurso puede ser un tramposo artilugio para distraer al lector de lo esencial…
Cuando publico mis cuentos, es posible que muchos lectores piensen que sea yo, el que busca el protagonismo del escenario, pero en realidad sucede todo lo contrario; soy yo el que busca conocer el corazón de cada lector, por la manera en que interpreta mis cuentos, por la manera en que sabe descubrir lo esencial de lo superfluo, por la causa que lo hace sentir conmovido o inmutado. Todos  responden, con su comentario o con su silencio y mi tarea  después de escribir algo, es descubrir en cada persona su propia visión de lo que leyó.
Es ahí cuando entro en trance emocional, penetrando en el pensamiento de cada lector, porque a mi manera de entender,  la gente es  como sintetiza  lo que lee. Es, cómo interpreta lo que escucha. Es,  lo que ve cuando mira.

En definitiva, es, lo que siente su corazón.
Santiago, diciembre de 2012




lunes, 3 de diciembre de 2012

VIOLENCIA DE GÉNERO





                                A veces siento pesar cuando los medios de comunicación, los políticos y hasta algunas organizaciones civiles, por su uso reiterado, imponen  palabras para modificar la opinión, la cultura y hasta la intención de voto de los ciudadanos.
La palabra que hoy me ocupa es género.
No voy a repetir lo que dice el diccionario de la Real Academia, ni la gramática castellana,  ni su supuesta  etimología proveniente del inglés “gender”.
 Solo quiero poner en evidencia,  lo que al ciudadano común podría pasarle desapercibido; cualquiera de nosotros cuando recibimos de los medios de comunicación noticias referidas a la “violencia de género”, pensamos que se trata de violencia contra la mujer, sin saber que en realidad la noticia se refiere a “violencia contra la mujer, la comunidad homosexual y otras”. Es decir el vocablo encierra varios conceptos, varias comunidades y varios roles, que algunos sociólogos de avanzada,  tratan de explicar con confusa retórica.
No estoy haciendo un juicio de valor ni estoy catalogando a la comunidad homosexual, que ha ganado en nuestra sociedad un indiscutible sitio de privilegio. 
Lo que quiero destacar,  es que a la mujer se la está omitiendo en su legítima palabra y hasta con el tiempo pueda ser que se la borre del diccionario por falta de uso;  por convertirse en anticuada.
Imaginen ustedes que diría Agustín Lara, si a su canción le cambiaran el título ”Mujer “ por “Género”! , o  cuando Pavarotti canta “Donna non vidi mai…” en Manon Lescaut , le cambiáramos Donna por la palabra genere !  Sin lugar a dudas estas palabras no son equivalentes a mujer y si se usa la que se quiere imponer, “por algo será”.
Omitir la palabra mujer por parte de algunas organizaciones civiles o desde algunos medios que dicen defender los derechos de la mujer, es de difícil entendimiento.
Más aún, es incomprensible que estos medios, por ignorancia, omisión o segunda intención, lejos de referirse a “violencia contra el  niño”, “violencia contra los ancianos”, “violencia contra la mujer”  y en general “violencia contra el más débil”, se ocupen con especial dedicación a la “violencia de género”.
Es por eso, que cuando escucho alguna noticia vinculada a la mujer, me gustaría se la redacte llamándola por el nombre que dedica nuestro idioma al ser que nos engendró a todos en su  vientre: Mujer.
Santiago, diciembre de 2012