sábado, 10 de noviembre de 2012

LA FRAGATA LIBERTAD



                                  En todo el mundo hay noticias de actualidad. Pero hay estados que generan más  información que otros. Yo que tuve la oportunidad de vivir un pequeño periodo en Suiza, descubrí que es un país que tiene que inventar las noticias para llenar los periódicos y los noticieros. En verdad, en este sentido, es un lugar un poco aburrido.
A nosotros los argentinos nos sobran las novedades, como tantas otras cosas que solo puede abundar en una república que es alegre y quizás la más divertida de Sudamérica.
El tema de la detención forzosa de la Fragata Libertad, se presenta como un acontecimiento más entre tantos que nos aquejan y sin hacer juicios de valor respecto de una gran diversidad, como la inseguridad, la inflación, las jubilaciones, la corrupción y mucho más; es una noticia que aflige a los unos y a los otros, es decir a todos.
Este tópico es particularmente importante, porque pinta mal a los argentinos  y lo que es peor, muestra como los políticos de turno con sádica malicia nos confunden y tratan de corromper nuestra cultura, nuestras ideas,  comprometiendo seriamente nuestro futuro.
Nos hablan de “fondos buitres” para inocular en la mente de los desorientados y sobre todo a los jóvenes de 16 años en vías de votar que estamos siendo atacados por los malos.
Aunque se use indiscriminadamente la palabra “memoria”, pido perdón porque sea yo mismo la que la utilice una y otra vez, porque la memoria debe ser para todo y para todos y “todas”.
Por ejemplo, todos recordaremos ese día aciago de diciembre del 2001, cuando el Presidente de los argentinos declaraba la cesación de pagos de la Argentina y era aclamado por nuestros representantes (y “representantas”)  del Parlamento. Esto no debe ser olvidado ni tampoco ignorado por los chicos de 16 que van a votar, porque los grandes esto lo hemos vivido y si lo olvidamos merecemos el infierno.
A ciertos argentinos no les gusta pagar las deudas y si la pagan, la pagan como quieren y cuando quieren y creen que esa bravuconada no tiene consecuencia alguna, sino más bien,  cuenta con el beneplácito de los populistas, los aplaudidores “del modelo de turno”, los que proponen una “economía sustentable, progresista y popular”.
Tanto les da a ellos resultados positivos, que la siguen usando cuanta vez pueden. Hoy por hoy, los bonos emitidos en dólares entre nosotros mismos, los argentinos, no son pagados en esta moneda, sino en pesos al valor que fija el deudor y ni hablar de las deudas con los jubilados. El deudor, con pretenciosa arrogancia, se convierte en “soberano de facto” (no dije gobierno de facto!). No confundir este soberano con el otro, que inevitablemente sufrirá las consecuencias y que tarde o temprano pagará cara nuestra compadreada “made in Argentina”.
Debemos darnos cuenta, que si no hacemos los deberes bien, como se hace en muchos lugares del mundo, donde la formalidad, el respeto a las leyes,  el trabajo y el ahorro es la fuente del progreso, terminaremos perdiéndolo todo, porque los malos administradores, cuando además son malos pagadores, terminan por rifar la dignidad de todo un pueblo, no la propia, porque ellos se han cuidado de enriquecerse, en general de manera escandalosa.
Ahora, cuando tu esposo o tu esposa trae dinero a casa, antes de hacer una fiesta, pregúntale dos cosas: primero como la ganó y segundo, si es que la pidió prestada, como la va a pagar.
Solo después que te satisfagan estas dos respuestas tendrás derecho a seguir viviendo en paz.
noviembre de 2012, Santiago

No hay comentarios:

Publicar un comentario