lunes, 8 de noviembre de 2010

REPORTAJE A UN PERIODISTA


Estaba viajando en un ómnibus urbano, cuando me llamó la atención la persona  que tenía sentada a mi  lado, junto a la ventanilla. Era un señor ya bien maduro, vestido muy elegantemente y con un par de libros en la mano. Lo que me sorprendió  es que abría uno de los libros, leía un ratito y luego lo cerraba. Al rato volvía hacer lo mismo y así estuvo buena  parte del viaje. Después de varias veces, se sacó los anteojos y los limpió, aunque noté,  que ese gesto fue solo una sutil  maniobra  para secarse los ojos disimuladamente.
Tanto como  para empezar una conversación,  le pregunté si el leer le cansaba la vista, ya que seguía abriendo y cerrando insistentemente el libro.
No --me dijo--  leo un minuto y reflexiono tres. Esto lo hago de viejo, ya que de joven era un experto en lectura veloz;  mi trabajo me obligaba a leer miles y miles  de palabras por día.
¿Cual era su trabajo?  claro, sin a usted no le importa que le pregunte…
De ninguna manera, no me molestan las preguntas que tienen respuesta.
Durante toda mi vida fui periodista, pero actualmente  no trabajo más. Era cronista político y también tenía una columna semanal en Noticias Nacionales. Ahora me entretengo con la electrónica.
¡Me imagino que su trabajo le ha hecho conocer muchas intimidades del poder en la Argentina!
Si, he conocido personalmente a todos los políticos y presidentes argentinos de los últimos 50 años y debo tener en mi haber al menos 2000 reuniones y conferencias de prensa  donde estaban  invitados los más conspicuos políticos del momento.
¿Que piensa sobre el uso creciente  de determinados fanáticos del fútbol como fuerza de choque?
Hay gente que cree que los políticos en ejercicio del poder lo hacen todo con inteligencia y persuasión monacal.
Salvo raras excepciones, los políticos son capo mafia, creen que no pueden manejar gente, trabajadores, empresarios, sindicatos y el deporte mismo,  sin tener a disposición  un brazo duro para actuar aplicando la fuerza bruta. Aunque el solo pensarlo me pone muy mal, no conozco ningún presidente de estado que no se haya valido de mafiosos.
¿Y ahora que hace?
Fundamentalmente descanso y trato de recomponer mi vida. Puedo hacerlo porque vivo solo y me conformo con pocas necesidades materiales.
Disculpe, pero sin inmiscuirme demasiado en su intimidad, cuando usted se refiere a recomponer su vida… ¿que significa esto para un hombre ya realizado como usted?
Bueno,  hay cosas que quedan pendientes  y esas son las que trato de hacer ahora.
¿Como por ejemplo cuales?
Para una persona con inquietudes siempre habrán temas que queden incompletos  y que jamás podrá hacer,  porque siempre se llega a un límite en todo. Además la vida misma con su inexorable rigor pone fin a muchas cosas.
¿A que temas se refiere?
Sería muy injusto hablar de lo que quita la vida sin decir todo lo que da, pero respondiendo a su pregunta, lo que más extraño es mi familia, entiéndame bien, me refiero a mujer e hijos viviendo en casa, porque por suerte tengo familia en el sentido más amplio de la palabra.
Esto le pasa a todo el mundo, no creo que usted vaya a ser la excepción.
Si, usted me preguntó y yo le contesté, sin tomar en cuenta  si le pasa a todos o no.
Discúlpeme si invado un poco su intimidad, pero si no me equivoco usted me dijo que vive solo… ¿no tiene pareja?
No todavía, pero tengo deseos de tenerla. Siempre es bueno amar  y ser amado por alguien y esto  vale para cualquier edad.
Ya que habla de edad, ¿es  fácil tener pareja con sus años?  -- por favor entiéndame… sin tratar de ofenderlo en lo más mínimo.
No, es muy difícil;  se es muy crítico de uno mismo y además puede ser visto críticamente por otros.
¿Quienes son esos otros?
Son los que no están cuando se llora en soledad, son los que no están cuando en el domingo por la tarde uno siente asfixia en el corazón, son los que no están cuando el silencio nos  rompe los tímpanos, son los que no están cuando en la noche llega el insomnio, son los que no están cuando los recuerdos nos hacen perder el aliento, son los que no están y que creen que la única opción que les queda a las personas maduras es sobrevivir, mas no volver a vivir.
¿Cual fue su peor  pérdida?
La de mi mujer, pero eso ya pasó.
Nuestra charla es interesante, ¿pero sabe donde bajar?
Veo gente en el ómnibus que pasa todo el tiempo mirando los carteles en las bocacalles para saber donde bajar;  yo en cambio ese trabajo lo delegué. Espero a que el conductor me avise cuando tengo que bajar y entonces me bajaré sin chistar, sabiendo que ya llegué a destino.
Es una tontería estar pendiente de la parada final si hay alguien que se pueda ocupar  de ello.
Entonces usted es de los que cree en el destino.
A mi entender el destino está fatalmente marcado, pero el presente lo hace uno. Cuando se desaparece, el destino no era más que el presente que uno tenía en ese momento, de modo que me ocupo del presente y espero tranquilo.
Una voz que provenía del conductor dijo: ¡Artigas!...El pasajero que tenía que bajarse en Artigas, la próxima parada…
El hombre se paró y sin pedir permiso,  hizo un gesto como para que le diera lugar a que saliera del asiento. Me miró y me dijo:
¡Que corto se me hizo el viaje!  y con tanta charla no le pregunté que hace en la vida…
No se preocupe…, yo ya me pasé de parada hace rato y estoy viajando gratis.
Se estaba abriendo la puerta de salida del ómnibus cuando le grité:
Antes me dedicaba  a la electrónica, ¡ahora soy periodista!
Santiago, 7 nov. 2010

sábado, 23 de octubre de 2010

SIEMPRE HAY ALGUIEN

En dos oportunidades y mientras estaba trabajando con mi computadora,  me distrajo un ruido extraño en el balcón, tal como si el toldo flameante golpeara contra algo.
Sin moverme de donde estaba, observo hacía el pulmón de manzana y miro con atención las puntas de las ramas de uno de los  espectaculares abetos que tengo como paisaje de todos los días y veo con extrañeza que estaban inmóviles,  indicando que no había viento alguno.
Fue entonces cuando mi curiosidad me obligó a dejar la computadora para dar un vistazo en el lugar, pero no vi nada; todo estaba silencioso.
Volví al teclado  pensativo, porque al ruido lo había sentido como real,  aunque,  nadie esta libre de imaginar cosas que no suceden, sobre todo cuando uno pasa los cincuenta.
No transcurrieron cinco minutos, cuando el ruido vuelve a repetirse y sin pérdida de tiempo corro al balcón y descubro a una torcacita atrapada entre el vidrio de los ventanales corredizos y una red metálica de malla muy abierta en el lado interior,  instalada  con el solo objeto de proteger a los niños de alguna travesura.
Bastó unos segundos para  encontrar la solución y  sin tratar de tocar al pájaro y ocultándome para que en la desesperación no se lastimase, tomé  la ventana corrediza desde una punta alejada y  la abrí muy suavemente,  dejando frente a la torcacita el cielo abierto, sin obstáculo alguno.
Ella se tomó un tiempo bastante largo para convencerse de la inexistencia del vidrio que la atrapaba y que la libertad, como por arte de magia,  estaba allí, frente a sus mismísimos ojos.  Pegó un pequeño saltito y salió volando, como si nada hubiese ocurrido.
A quien de nosotros no nos ha pasado, que frente a un problema grave y que luego terminara solucionándose felizmente,  dijimos: ¡que suerte!,
pero tal como sucedió con la paloma, no no damos cuenta,  que siempre hay alguien que nos está ayudando, siempre hay alguien que nos esta queriendo, siempre hay alguien que nos esta cuidando.
Santiago, 23 de oct.2010

martes, 28 de septiembre de 2010

EL MENDIGO

Siempre lo veo sentado sobre la misma piedra. No sé si sabrá que ese pedazo de muro que tomó como suyo,  perteneció a la vieja Penitenciaría Nacional, aunque eso parece importarle poco,  porque siempre se lo ve  hablando a su  perrito despeinado que lo escucha como entendiendo todo lo que le dice y siendo éste último una víctima más de la indigencia, se diferencia de los otros perros del barrio,  porque no tiene collar ni correa y tampoco sufre del mal de  indiferencia y soledad crónica que padece su amo.

A quien no le ha pasado sentir el deseo y la necesidad de conocer las historias de la gente que vemos cotidianamente;  la señora con el bebito que toma el 60 a las 8 en punto, al joven con barba incipiente y con un guardapolvo en el brazo, a la adolescente con su mochila en la espalda y tantos otros  que durante todo el tiempo los podemos encontrar  a la misma hora, pero que por educación,  mejor es ignorarlas, por prudencia,  mejor es no mirarlas, por cultura,  es mejor  no verlas y por seguridad, es mejor no hablarles.

Hoy,  quise romper todas estas tontas reglas de urbanidad callejera y me paré frente a él y después de un largo silencio y mirándolo fijamente le pregunté ¿qué pasa hoy que en vez de hablar con el perrito esta escribiendo en esa libreta tan pequeñita?

Hay cosas que no puedo decirle al perrito y esas son las que escribo, me dijo y siguió diciendo:
en muchas oportunidades he querido hablarle a la gente que camina por acá,  pero pasan muy apuradas, nadie tiene tiempo de leer nada, todo el mundo está corriendo,  es por eso que hoy viéndolo a usted que me miraba insistentemente, pensé que podría darle algo y estirando el brazo me alcanzó esa libretita sucia y deshojada que acababa de escribir y mirándome con atención, como estudiando todos mis gestos y con sus ojos escondidos detrás de sus párpados un poco caídos,  me dijo:
tómela, hoy no necesito en absoluto recibir dinero ni comida, solo necesito contar mi historia y sabía que alguna vez iba a encontrar a alguien como usted, con tiempo y generosidad para leerla.
Lo del tiempo lo comprendo, pero lo de la generosidad ¿ me lo explica por favor? le dije al mendigo.
Hay que ser humilde, pero sobre todo generoso para interesarse en la vida de otros, volvió a decirme.
Agarró el perro y mientras se iba, me pregunto: ¿Y usted como se llama?
Nacho le dije, y se fue.
Ya no los vi  más en el parque, ni a él ni al perro. Siempre lo recordaré, porque no nunca creí que un mendigo me podría dar una lección tan grande a cambio de nada.
Santiago.
28 de setiembre del 2010





domingo, 19 de septiembre de 2010

TODOS PODEMOS SER HÉROES*

Cuento para niños de 8 a 100 años. (para ser dicho en clase y sosteniendo un objeto misterioso en la mano).


                 Recuerdo que,  cuando estaba en primer  grado, precisamente en el tiempo en el que me enseñaban a leer, igual que a ustedes,  había un maestro flaco y tan alto que parecía el obelisco. Era completamente pelado y usaba unos bigototes tan grandes que les tapaban los labios de la boca y casi siempre nos miraba de costado.
Él se ocupaba de ayudar a hacer los deberes a los alumnos que se atrasaban en clase. Siempre hay chicos que se distraen cuando la maestra les enseña, y yo… yo era uno de ellos…y claro…. a la salida de la clase, todos se iban a sus casas a jugar- menos nosotros- los más remolones, que nos mandaban a una salita en cuya puerta abierta de par en par,  nos esperaba Anastasio,  que con la mirada,  nos iba siguiendo uno a uno hasta que nos sentábamos sin hacer el menor ruido.
A mi, esto particularmente no me molestaba mucho, porque sabía, que después de hacer los deberes con Anastasio, que dicho sea de paso, con el tiempo supe que no era tan malo como parecía, nos relataba un cuento, y eso,  a mi  y a todos mis compañeritos era lo que más nos gustaba.
Si había  algo que a todos nosotros nos llamaba mucho la atención, era que, Anastasio mientras decía el cuento, siempre tenía algo entre sus manos.
Parecían juguetes… pero no los eran, eran aparatos estrafalarios que no entendíamos bien para que pudieran servir. A mí siempre me intrigaron las cosas misteriosas y muchas veces me perdía el cuento mirando esos objetos que parecían mágicos,  porque algunos se movían solos o se comportaban de una manera muy extraña.
Con el tiempo, supe que esas cosas las usaban los inventores. Eran péndulos, esferas, palancas,  pilas eléctricas, lamparitas, imanes y un montón de objetos que él quería mucho, porque decía que las personas que comprendieran su funcionamiento,  podrían hacer un cohete para ir a la luna y muchas cosas más importantes todavía.
Yo que era muy curioso, muchas veces quise preguntarle para qué eran esas cosas, pero no me atrevía, porque este señor tenía fama de ser muy irritable  y entre los chicos ya sabíamos que no había que hacerlo enojar.
De todas maneras, un buen día,  no pude resistir más  a la tentación y antes que comenzara con un nuevo cuento, le pedí si me mostraba “eso” que él había traído y que como siempre, lo tenía entre sus manos.
Ahhh… no! … de ninguna manera, me dijo. Ahora no te lo puedo mostrar. Acá está el secreto que tienen los héroes de verdad y del cual ellos nunca hablan, me dijo… mientras golpeaba esa cosa con su dedo índice.
Yo lo miré sorprendido y callado,   ya que en ese momento, lo único que me importaba era saber cual  era ese secreto.
Después de un corto silencio y con una voz un poco más amigable,  me dijo: yo te lo puedo dar… pero antes debes decidir si quieres ser un héroe, porque esto es una herramienta imprescindible para todos los héroes y heroínas.
 Si en este momento te lo diera, no lo sabrías apreciar, no sabrías para que sirve ni como se usa. Más aún;  dirías que es un objeto estúpido y aburrido.
Anastasio volvió a clavarme la mirada, y en aquel entonces siguió diciéndome: ¿tú quieres ser un héroe?   yo…si quiero…, le dije con voz de miedo  y sin ánimo de contradecirlo en lo mas mínimo.
Anastasio levantó la mirada y se dirigió a los chicos y les pregunto lo mismo que yo voy hacer ahora con todos ustedes. ¿Alguien de aquí conoce algún héroe, superhéroe o alguna heroína?
Batman, dijo Diego; Superman dijo Sergio;  El Hombre Araña, dijo Sandra; todos ellos son mis héroes,  dijo Cristian.
Mmmmm… voy a repetir las mismas preguntas que nos hizo el señor Anastasio ese  día:…
A ver… ¿Quién los cura a ustedes cuando están enfermos?
El doctor, dijeron todos al mismo tiempo.
Vieron; ni el Hombre Araña, ni Batman, ni ninguno de estos héroes vienen a sus casas a curarlos.
Ustedes nunca llegaran a crecer de verdad, si no supieran leer y escribir. ¿Quién les enseña a leer y escribir?
La maestra, gritaron todos a coro ¡¡
Otra vez.., ni Batman, ni Superman ni los Power Rangers enseñan a leer y escribir a los niños. Estos superhéroes de la tele  tampoco se ocupan de los niños más pobres del mundo.
Los héroes que ustedes conocen,  se inventaron para que los chicos se diviertan y si bien eso es muy lindo, es bueno que vayan comprendiendo que existen héroes de verdad,  que no son precisamente éstos que se ven únicamente en la pantalla.
Los verdaderos héroes de verdad son de carne y hueso como todos ustedes.
Y yo, hoy quiero hablarles de los héroes de verdad, tal como lo hizo Anastasio ese día.
¿Saben ustedes quien descubrió la vacuna?
 Esa  que se  aplica en el brazo, en la pierna o las gotitas que ustedes  toman por boca y que sirve para defenderse de las  enfermedades?
Se llamaba Luis Pasteur y aquí pueden ver su fotografía (la muestra). Este señor con su  trabajo,  salvó y seguirá salvando a millones y millones de niños de horribles enfermedades.
Este señor fue un héroe de verdad.
¿Conocen ustedes a esta persona?
Es la Madre Teresa de Calcuta (muestra su fotografía). Con su trabajo y abnegación  salvó  a miles  de niños muy pobres de todas las razas y religiones. Esta señora fue una heroína de verdad.
Por suerte, hay muchos héroes y heroínas de verdad, que nos dieron la libertad, o descubrieron remedios fantásticos para curar las enfermedades o que trabajaron mucho y durante todas sus vidas  para que los niños y toda la gente del mundo vivieran mejor, héroes o heroínas que simplemente pensaron en el bien de los demás.

Bien, ahora que sabemos que existen héroes de verdad, ustedes pueden decidir si algún día,  también quieren serlo, porque “todos podemos ser héroes” sin importar la edad.
Eso sí; nunca podrán ser héroes  o heroínas si no tienen en cuenta este pequeño aparatito que tengo entre mis manos; el mismo que tenía Anastasio ese día….

Después de este cuento, les voy a entregar uno a quien me lo pida y se lo guardarán para toda la vida,  porque este aparatito siempre les va hablar con la verdad y les va a decir que tienen que hacer, o mejor aún, que es lo que no tienen que hacer, para convertirse en héroes, heroínas o lo que es casi lo mismo, en muy buenas personas.
Hoy, después de tanto tiempo y recordando con cariño a Anastasio, siempre llevo uno conmigo y cuando  necesito consultarlo,  no dudo en recurrir a él:
es mi espejo

Cantautor: Santiago V. Da Ré
Canada School, aula 1er. grado
17 de octubre del 2008

*Dedicado a una amada e inolvidable maestra de primer grado

lunes, 13 de septiembre de 2010

HISTORIAS DE LA INTERNET

Nacho es un hombre maduro y aunque esta bien acompañado porque tiene dos hermosas hijas, cinco nietos y algunas amistades, se siente un poco solo. Marina era su mujer, hasta que ésta falleció hace algún tiempo. Su rutina, a veces se torna monótona y aburrida; el gimnasio, las compras, los quehaceres de la casa, los clientes, los cursos y las largas caminatas por Santa Fe, terminan por cansarlo y cuando eso sucede, busca reparo en su sillón escuchando música, whisky en mano.

Vez pasada, leyendo un libro en El Ateneo, se encontró con un amigo de la facultad y éste, hablando de cosas de la vida, le dijo que ya se había jubilado. Marco, al cual se lo veía alto, elegante y juvenil, le comunicó que el secreto de su bienestar residía en su computadora, mas precisamente en la Internet, ya que gracias a ella, todas las semanas tenía una entrevista y siempre con una señora distinta, debido a que frecuentaba un sitio de encuentros sociales "on line" realmente maravilloso. Marcos, siempre muy entusiasta, con el ánimo de favorecerlo, le recomienda aprovecharse de estas tecnologías, que como siempre, están pensadas para los consumidores más jóvenes, pero que también es aplicable a personas mayores con éxito total. Nacho aún no sabe como lo hizo, pero animado por su amigo, se suscribió y se lanzó a la gran búsqueda.

Traicionado por su conducta matemática, empezó a estudiar cientos y cientos de perfiles femeninos y con la habilidad de un sociólogo estadístico, al final eligió la candidata que mejor se ajustaba a sus preferencias.
Bastó un simple mensaje para que lanzadera empezara a tejer la puntada inicial del intrincado tejido del “amor virtual”.
Si bien se escribían bajo un seudónimo que ocultaban sus identidades, ambos comenzaron una relación más que afectuosa, al punto tal, que ya no podían pasar un solo día sin comunicarse, sin decirse las cosas más bellas.
Al final de tantas palabras, en la piel de ambos se sentía la imperiosa necesidad de un encuentro personal y es entonces cuando Nacho desesperado se atreve a escribir:
“Cris32, te quiero ver, ya no puedo vivir mas sin ti, Nacho”.
Esa fue la última carta que escribió Nacho, porque la que recibió decía:
“Nacho, quiero que lo entiendas, lo nuestro ya no es posible, Marina.”
Autor: Santiago, 17 de mayo del 2010

El mismo cuento escrito en italiano en: http://permanoconsantiago.blospot.com

viernes, 10 de septiembre de 2010

SINIESTROS EN LOCALES PUBLICOS, UNA PROPUESTA

La memoria es muy lábil, sobre todo cuando uno no tiene ningún ser querido en la nómina de heridos o fallecidos en lugares públicos de nuestro país, pero si nos ponemos a pensar un poco, la lista sería interminable. Una vez sucedido los hechos, el error es sistemático y permanente: buscar a los responsables.
Entonces, como en el juego de postas, la responsabilidad es pasada de mano en mano, desde el propietario del local a el locatario, a el municipio y toda la lista de habilitaciones previas que solicita, al arquitecto o ingeniero que diseñó la obra , al subcontratista que la realizó, a la empresa de seguridad a cargo del servicio, a la habilitación previa de bomberos, al titular de la habilitación del local, a los músicos o la empresa de catering que estaba haciendo el servicio, al público que asistía a ese evento, a los colados de turno etc., etc.
Como puede verse, hay mucho campo para el gatopardismo y al mismo tiempo se pueden repartir culpas entre muchos posibles responsables para que siempre todo quede en la nada, mientras tanto la gente sigue muriendo.
La propuesta se basa en dos medidas simples:

Primera: todo local tiene que contar con una garantía real en dinero, valores o un seguro de caución específico para este cometido, cubriendo mas que holgadamente y con exceso los daños que se pudieran producir a terceros.
En esta idea voy a llamar a la persona real o jurídica y pagador de la garantía , como “Responsable pagador”

Segunda: La ley con claridad absoluta, debe habilitar al juez, para que en forma inmediata a los hechos y de oficio, es decir sin trámite alguno, transfiera los bienes en garantía a nombre de las víctimas.

Para que se entienda: las víctimas del pub de Palermo que en el día hoy (10/09/2010) estuvieron heridos o muertos ya contarían a su favor con el monto de resarcimiento que hubiera fijado la ley al momento de su habilitación.
Estas dos medidas están basadas en la filosofía que

nadie va a cuidar con tanto celo la seguridad, como aquel que inevitablemente va a pagar los daños

 y además se evitaría las querellas promovidas por parte de las víctimas a segundos, terceros o cuartos responsables como pueden ser entre otros el municipio, los bomberos, a la compañía de seguridad, al custodio de turno, etc., etc., que además de padecer el dolor, tienen que entrar en juicios interminables y de esta manera, dejaría en manos del “Responsable Pagador” los juicios a todos los que a su criterio crea son causantes del siniestro, pero sin lugar a dudas, repito, esto sería una carga que ya no tendrían que hacer las víctimas sino el victimario por antonomasia.
Es obvio que la idea de este proyecto no es más que eso, una idea base, en donde todos los detalles jurídicos deben estar en manos de especialistas y legisladores, pero estoy convencido que su implementación haría subir exponencialmente la calidad de la seguridad de los locales públicos.

Claro está, el estado siempre estará fijando normas de mínima y supervisando la seguridad de los ciudadanos, pero teniendo responsables forzosos en esta tarea, todo puede hacerse más eficientemente y lo que no es poco, con mucho menos víctimas.

Para mas artículos visite: http://delamanoconsantiago.blogspot.com

TIEMPO Y AFECTOS

Nacho, durante la mayor parte de su vida fue un permanente estudioso y era de aquellos que quería llevar a la práctica todo lo que aprendía, porque todo lo quería hacer con sus propias manos, todo lo quería experimentar por si mismo. Villa, un amigo que tenemos en común, decía que Nacho era un maniático, porque si quería escribir una carta, seguramente antes, hubiera fabricando el lápiz y el papel.


En una de esas charlas íntimas que habitualmente suelo mantener con él, me manifestó que la vida no es tan corta como parece, si el protagonista se toma el tiempo para contemplar el inventario de todo lo que fue acumulando en la vida y según su propia visión de la realidad, ese acopio de cosas no hace mas que esconder dos conceptos aparentemente disímiles, pero equivalentes entre sí, tal como lo son en física masa y energía, aunque en este caso la equivalencia que él establece es entre dos dimensiones abstractas llamadas “tiempo” y “afectos” , dos palabras, las cuales Nacho las usa como sinónimos.


También decía que si uno quiere saber el camino que ha recorrido una persona, un método es “echar una ojeada” a su biblioteca o mejor aún, sus trabajos, porque como observador contempló gente que leyó mucho e hizo poco y otros que no hicieron nada, aunque leyeron mucho, pero sin disimulo, siempre se manifestó ser admirador de los que hicieron algo, sobretodo si fué original o creativo.


En otras oportunidades y siempre refiriéndose a la biblioteca, me supo decir que es uno de esos lugares en que uno concentra la mayor parte de sus afectos y que todos ellos juntos, son los que testimonian la historia de cualquier persona y tal como lo aconsejan los mejores biógrafos, no se deben tomar en cuanta los títulos impresos en los lomos de los libros ni el tipo de encuadernación, sino el interior de ellos y explorar las hojas mamarrachadas con notas al margen, esas que se ponían aclarando el texto “para la próxima vez” o que sin poca arrogancia del lector “marcaba un error del autor”, hojas cuyo papel suele cambiar de color, posiblemente “oxidadas” por la acción de los ojos de su propietario que se posaron millones de veces analizando renglones que daban esperanza de progreso, ansiedad de saber, emoción de lograr algo con lo que se había estudiado y porque no, buscando el placer de la fantasía o la nostalgia de las lágrimas. Ahora, voy a interrumpir estas reflexiones, porque siento el timbre y hay alguien que me dice por el intercomunicador:
Señor Nacho Sartori ? , Soy el secretario Cazzoli, de la Escuela Técnica, venimos a buscar los libros y todas las cosas que Ud. donó.

Santiago V. Da Ré, 17 julio de 2010

lunes, 6 de septiembre de 2010

CARTELES EN LA VIA PÚBLICA

Yo me complazco en que haya gente ocupada del espacio público para preservar y evitar el mal uso o el abuso de este medio por parte de cierto sector de la comunidad y sin abundar en comentarios, destaco como recientemente funcionarios, legisladores y hasta también la justicia ordenaron poner fuera de funcionamiento un cartel de última tecnología con diodos luminiscentes frente al mismísimo obelisco, aunque como voy a explicar mas adelante, desconcertado, porque dentro de los custodios del espacio publico, aún no hubo nadie que se hayan ocupado de otros carteles muy comunes, aunque no menos molestos y peligrosos a los cuales me referiré mas adelante.


Sin adentrarme en el intrincado uso y abuso del espacio público, quiero referirme en esta oportunidad a carteles que obstruyen de manera escandalosa el espacio público, en particular a las veredas, que como bien todos sabemos, es el lugar por donde caminan los discapacitados, los ancianos, los niños, y obviamente gente normal que desea el uso pleno de la comodidad y la seguridad que brinda la vereda.


Pues bien, en una gran cantidad de calles, sobre todo donde hay una sucesión de paradas de colectivos, los ciudadanos podemos disfrutar de refugios para pasajeros que contienen publicidad y que en los días de mucho sol o lluvia son reparadores para el que espera el transporte público. A estos últimos no voy a referirme porque a mi entender podrían ser aceptables, aunque desconozco y tampoco es el eje de este texto,  pronunciarme sobre el rédito pecuniario que beneficia a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la concesión de estos espacios.


En cambio, voy a referirme en particular al cartel y a toda su estructura metálica que estan emplazados junto a cada uno de los mencionados refugios y que están puestos con el plano del afiche publicitario en forma ortogonal al eje de circulación de la vereda, es decir, esos que están perpendiculares o cruzados “tapando” la vereda y que para no llevarnos uno o varios de ellos por delante debemos estar muy atentos a pesar que para la gente de visión normal son muy visibles, porque su objeto es precisamente la notoriedad.


Estos carteles no solo estrangulan con total desparpajo el flujo peatonal, sino que entre otras molestias, no permite ver el acercamiento del colectivo que se esta esperando, salvo que a su riesgo, el pasajero baje a la calle, dado que esta sucesión de carteles funcionan como verdaderas cortinas publicitarias impidiendo ver el horizonte y toda la perspectiva de la vereda y la calle. Otro de los problemas de estos carteles es la seguridad.; es imposible ver y menos identificar el perfil de quien se oculta detrás de algunos de estos inadecuados carteles, sobre todo en la soledad de la madrugada o la noche, los que los hace merecer el mote “cartel oculta delincuente”.


No porque estos carteles publicitarios hayan sido instalados desde hace mucho tiempo deben ser considerados aparatos inocentes y reitero, si bien en la presente no me interno en el interés comercial o económico que ellos representan, tampoco por tenerlos frente a nuestras caras deberían pasar inadvertidos. Estos carteles violan a todas luces, cualquier norma de arquitectura urbanística y su aceptación por parte del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los pone en astronómica ventaja jurídica y comercial frente a otros carteles publicitarios, algunos de tamaño insignificante, como el saliente que puede tener un quiosco y que el código con justa razón los prohíbe terminantemente.


Espero que estos argumentos sean escuchados y revisadas las oportunísimas autorizaciones que seguramente tienen esos carteles, que abusan de la paciencia y el sentido común de los ciudadanos y cuyo uso, con certeza, esta excluido de cualquier texto de arquitectura y urbanismo.

Lea este articulo directamente haciendo clic en : http://delamanoconsantiago.blogspot.com/

martes, 31 de agosto de 2010

CARTA A UN AMIGO

Tradución al español del original en italiano producido en el curso DA2 Veloc5-compito "lettera a un amico" 12 abril 2009
Cuento breve
CARTA A UN AMIGO


Tu no puedes imaginar cuan culpable me siento, porque jamás te he escrito en todo este tiempo, pero, por esas cosas de la vida, he retornado a la escuela primaria y cada vez que vuelvo a casa recuerdo aquellos tiempos en que tu me esperabas impaciente para jugar horas y horas.


Jugabamos infatigablemente, a pesar que aun sigo enojado contigo, porque nunca quisiste compartir esa pelota de goma roja con rayas blancas. Recuerdo también, la infinita alegría que sentí cuanto retornaste después de que te fuiste de casa sin saludarme, quizás para jugar con otros amigos del barrio.


Hoy, en la escuela, me dieron como tarea escribir una carta a un amigo y senti la incontenible necesidad de escribirte y a pesar que la voy a hacer en idioma italiano yo se que a vos esto no te va a importar, porque nosotros siempre nos hemos entendido bien.


Hace algun tiempo, mi madre me mostro una fotografia, ya algo descolorida, en la cual se ve a mi tio con espuma en la cara y una maquinita de afeitar en la mano, mi padre despeinado, mi madre riendo, yo sentado en un cochecito para bebes y TU, como siempre, junto a mi, con la lengua afuera, las orejas paradas y con la cola media borrosa, porque salio movida, ya que seguramente, tu me estabas haciendo fiesta. ChauuuuLobo!!!
Santiago

*Ver la versión en italiano en : http://perlamanoconsantiago.blogspot.com/

lunes, 30 de agosto de 2010

PARQUE LAS HERAS, COCHERAS, ECOLOGÍA Y POLÍTICA

Vivir a pasos de un parque es un privilegio cuyo valor es incalculable. Yo personalmente lo disfruto cuando diariamente practico aerobismo, cuando camino lentamente por sus senderos indagando con la mirada el pensamiento de los ancianos haciendo sus eternas reflexiones, cuando veo una pareja de adolescentes estrechados en un abrazo infinito o cuando contemplo el espectáculo que ofrecen los niños alimentando a las palomas o simplemente escuchando la inconfundible música de la calesita.

El parque Gral. Las Heras es un predio que tiene su historia y cuando lo recorro, tampoco puedo evitar que mi pensamiento recuerde los dramas que se han vivido en esas hectáreas que albergan palmeras centenarias y que por el momento quedan en pié como mudos testigos del pasado.

Hoy todo ha cambiado, porque hace muy poco aparecieron camiones trayendo empalizadas para rodear el parque. En su momento no se sabía para qué eran esas empalizadas hasta que un tiempo después pusieron un cartel donde se informaba la construcción de cocheras subterráneas.

Me consta por experiencia propia, que en esta zona la falta de cocheras es un problema mayúsculo y en un primer momento me alegré que el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ocupara en ayudar a solucionar este tema, pero al mismo tiempo me pregunté como vecino y usuario, cual sería la razón para ser sorprendido con la realización de una obra hasta ese momento desconocida y de cuya iniciación se tomó conocimiento con la aparición posterior de un cartel con mezquina información, sobre una obra pública cuya envergadura podría afectar la ecología del lugar.

Poco le hubiera costado al gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, informar a los vecinos que es lo que se iba hacer, como se iba hacer y cual era el costo ecológico que se iba a padecer y lograr el beneplácito del vecindario que hubiera analizado el beneficio de la obra.

En cambio de esto, solo se pusieron empalizadas con los colores amarillo y gris para trasmitir a los cuatro vientos y de manera exuberante, cual era el color del partido político que estaba promoviendo las obras, pero omitiendo por ignorancia, impericia o picardía la información de cuanto verde se iba a perder, si es que algo se perdía.

Hoy esas empalizadas son un insulto a la vista, con inscripciones de todo tipo, donde se mezcla política canibalista, con los verdaderos intereses de la ciudad, donde se mezcla pegatinas con resoluciones judiciales, con las verdaderas necesidades de la gente.

Yo sé que tengo representantes que opinan por mi, piensan por mi, hacen y deshacen por mi, porque fueron votados entre otros por mi, pero la responsabilidad política no los exime de dar cuenta al soberano y comprender que participar con la gente los actos de gobierno es la mejor estrategia para acompañar los proyectos, provengan de donde provengan y sin importar quien los haga.
30 agosto 2010

sábado, 28 de agosto de 2010

UNA IDEA PARA MEJORAR LA SEGURIDAD

UNA IDEA PARA MEJORAR LA SEGURIDAD


Para los que tenemos algunos años, sabemos que existe una gran relación entre violencia, criminalidad y villas miseria. Siempre hay cierto grado de inseguridad, pero recuerdo con nostalgia que en mi casa de Parque Chas no se cerraba la puerta de calle aún de noche y esto sucedía porque en los pobres estaba instalada la cultura del trabajo y no la marginalidad actual, en pocas palabras y ahorrando texto, no había villas miseria. Quiero subrayar la relación entre la criminalidad y las villas, ya que éstas, son de hecho las usinas más importantes en donde se generan jóvenes drogadictos y delincuentes.


Estos jóvenes y niños, no aprecian su vida ni la de los demás, porque sienten que la suya tiene un precio vil, infectada con las peores enfermedades: la desesperanza, la pobreza y la droga. Cuando optan por el delito, piensan que tienen poco que perder y que si asesinan o matan, pagar los asesinatos con su libertad o su vida, es nada, porque la cárcel o la muerte puede ser mejor destino para estos seres humanos sin futuro alguno.


A los mosquitos no se los debe combatir matándolos uno por uno. Nadie niega que tener un aerosol a mano, un repelente o bien una certera palmada no sea lo adecuado cuando nos pican, pero para eliminar los mosquitos,  hay que actuar directamente en la fuente donde se generan, en la usina donde se hacen, donde se producen: digamos y siguiendo el eufemismo, en las villas miseria y en los cordones de extrema pobreza.


Los políticos, pergeñan medidas que solo sirven para causar un gran impacto mediático, pero éstas, solo están dirigidas a neutralizar a los delincuentes uno por uno, como si matando mosquitos uno por uno se evitaría el dengue. Tampoco a muchos políticos de turno les interesa la patria, antes que nada está el voto, después todo lo demás, incluyendo la seguridad. Es por eso que cuando alguien es asesinado y hay repercusión social, lo primero que hacen es hacer un discurso prometiendo más hombres, más cámaras, más vehículos y pedirle a los otros poderes, el parlamentario y judicial, leyes más punitivas y fallos más ejemplares.


Tampoco a nadie se le escapa que la inseguridad esta aprovechada por ciertos sectores políticos y empresas que se benefician con esto. Como en la guerra, detrás de los muertos hay mucha gente que se enriquece o ganan posiciones de poder.


Esta también claro que con los subsidios a la pobreza, la dispersión de dinero entre las masas más pobres no consiguió bajar la inseguridad, mas lo contrario, la subió y todos sabemos que esta política tarde o temprano va a crear una situación insostenible en la Argentina. Lo único que incremento este derrame de dinero es clientelismo político, cuyo único fin, reitero, es el voto a favor de los falsos generosos de turno.


La solución que propongo para evitar la mayoría de los delitos es erradicar las villas miserias y convertir a estos marginados en gente digna y de ninguna manera pavimentar las calles de las villas para que “entre la ambulancia, la policía y los bomberos” como pregonan los políticos confusionistas que esconden el problema de fondo y no se animan a pagar el costo en las urnas.


Ningún inmigrante de otrora, hubiera pensado en robar, usurpar un predio público o privado para adueñárselo para siempre. Que hubieran pensado los inmigrantes del pasado que ponían adoquines, vías o durmientes sudando hasta las lágrimas, si vieran como en la actualidad extranjeros y compatriotas audaces y no siempre indigentes, se adueñan graciosamente de los mejores predios de la ciudad con total impunidad.


En mi opinión siempre hay soluciones muy buenas, no perfectas. El semáforo vial es una solución muy buena y a nadie le importa que no sea perfecta, porque salva miles de vidas.


La solución que propongo está en las granjas agropecuarias y en pequeños polos industriales o de servicios de todo tipo, para que la gente tenga trabajo, vivienda, servicios de salud, educación y esto puede conseguirse basándose en la idea política del kibutzim* (del hebreo, granjas) con las mejoras y adaptaciones que a cualquier iluminado se le podrían ocurrir.


Es tan grande el dinero que se esparce en subsidios, en regalos, que se podrían construir cientos de kubutzim mensuales y estos compatriotas y residentes extranjeros marginales podrían cambiar de vida de la noche a la mañana, del desempleo al trabajo, del techo de cartón a la cama caliente, del caos al orden, de la ignorancia a la capacitación, de la violencia al respeto mutuo, del clientelismo a la democracia participativa de la comunidad a la cual pertenecerían, en definitiva a la civilidad.
Con esta idea fuerza, que obviamente no es mía y tal como sucede con las mejores ideas, no es perfecta, pero es la misma que ayudó a construir un país potente en medio siglo, tal como es hoy Israel.
Y como la del semáforo, esta idea podría salvar muchas vidas, tanto de aquellas que viven en las villas como la de los vecinos que habitan en la zona urbana residencial. Santiago
8 de agosto del 2010

De la mano con Santiago :  http://delamanoconsantiago.blogspot.com/

INTRODUCCIÓN AL CUENTO

Estimados amigos:

El cuento es un género literario encantador, porque el lector ansioso  invierte poco tiempo en leerlo y en ese lapso,  el desafío es descubrir en esa gran adivinanza, las sutiles pistas que dejó el autor.
Generalmente termina en forma abrupta, dramáticamente, por lo cual a veces tenemos que leerlo repetidamente,  para que al fin,  deje en libertad el misterio que llevaba encerrado.
Es por ello que recomiendo leerlos muy despacio, con calma, prestando atención a los pequeños detalles desde las primeras frases hasta la última, porque un buen cuento es como una copa de buen vino o un beso de amor, cuanto más lentamente se toman, mejor se apreciaran los contenidos, de modo que,  si usted lo lee y llegado al final no encuentra un sentido, es porque el cuento no fue bien escrito o usted necesita leerlo nuevamente.
Un cuento, en alguna medida podrá emocionarlo, difícilmente lo hará encogerse de  hombros y menos aún cuando usted descubra la belleza de este maravilloso género.

Hasta pronto, Santiago